
Normalmente estas iniciativas nunca suelen llegar a buen puerto, pero con estas dos, consiguieron que Jericho tuviera una recortada segunda entrega (de siete episodios) y una continuación en forma de cómic, mientras Chuck actualmente sigue en emisión, con bastantes posibilidades de retornar también el próximo curso con una quinta temporada, algo que era totalmente impensable no hace mucho. Estas dos series son la excepciones que confirman la regla y las mismas que han sentado un precedente cuanto menos esperanzador... a la par que cansino, pues ahora nada más surgir un rumor sobre el posible final prematuro de una determinada serie, los fans rápidamente empiezan a movilizarse para intentar no quedarse sin ella. De esta forma y gracias a las posibilidades que ofrece internet, no es de extrañar que esta moda pueda expandirse por todo el globo (poco a poco los que estamos en el resto del mundo estamos empezando a poder poner nuestro granito de arena para la causa de turno) y que vaya a intentar estar presente durante mucho tiempo, tanto como se sigan cancelaciones decenas de series cada año, es decir, siempre. A lo que quiero llegar, es que como todo en esta vida, cualquier saturación es difícil que se pueda considerar como positiva, por lo que estas medidas de emergencia para intentar salvar series tienen todas las papeletas para quedarse obsoletas más pronto que tarde. Podrás mandar a las cadenas todas las nueces (Jericho) o pares de calcetines (Reaper) del mundo, hasta que llegue el día en el que los mandamases se hartarán de todas estas campañas más o menos eficientes, y directamente, optarán por seguir tirando de la política de toda la vida: hago lo quiero porque puedo... y punto.
El tema de las renovaciones y las cancelaciones, representa una parte fundamental dentro de este juego que en ocasiones supone el mundillo de las series, el cual va mucho más allá del simple visionado compulsivo de las mismas. Levantarte por la mañana, encender el ordenador y mirar tus páginas de noticias habituales para toparte con toda clase de novedades tiene su encanto, hasta que te topas con esa noticia que no querías encontrarte pero que casi nunca podrá sorprenderte porque realmente las cancelaciones se suelen ver venir de lejos. Este es el pan de cada día cuando estás puesto en el tema, pero el mismo caso se eleva a otra categoría cuando estás comenzando en esto de ver series. Imagínate que por ejemplo dedices dar una oportunidad a dos de las series mejor valoradas y más recomendadas, como pueden ser Carnivale y Deadwood. Cuando llegue el momento de acabarlas, por más que busques por todas partes, no conseguirás encontrar más capítulos de los que tienen disponibles. Si no te habías informado al respecto o nadie te avisó a tiempo, es muy posible que se te quede cara de tonto, ya que te sorprenderá encontrarte con que no tienen finales cerrados, sino puntos y seguido en sus respectivas historias principales. ¿La causa? La HBO en su día usó la guadaña de la cancelación con ellas, dejando a dos de las mejores series de la historia sin el conclusivo final que se merecían. En resumidas cuentas, lo importante cuando se habla de series incompletas, es evitar sorpresas conociendo de antemano su condición, pues como siempre digo, en muchas ocasiones el hecho de que no tengan un cierre completo queda relegado a un segundo plano que no debería impedirte disfrutar igualmente de ellas.

Casos de este estilo y que me vienen ahora a la cabeza, son los de Firefly, Invasion, Arrested Development, Surface, Roma, Twin Peaks o Expediente X. En realidad, si lo pienso, siempre he tenido buen ojo eligiendo series porque que fueran canceladas cuando las seguía en su momento a ritmo USA, y que se quedaran con la etiqueta de "sin finalizar", creo que sólo cayeron Kings, Me llamo Earl, Terminator: Sarah Connor Chronicles y Reaper, a las que seguramente terminaré añadiendo Caprica, la cual fue dada con la guadaña la semana pasada y de la que habrá que esperar hasta comienzos del 2011 para comprobar si a los guionistas les dará tiempo de dar carpetazo a todo lo que han ido planteando a lo largo de la primera temporada. En otro saco muy distinto entrarían series como Bionic Woman, Dollhouse, Heroes, FlashForward, Fear Itself, Worst Week, Sons of Tucson, Pushing Daisies, Kyle XY, Litte Brittain USA, entre alguna que otra más, por el simple motivo de que su cancelación me vino hasta bien, por suponer la excusa que andaba buscando para abandonarlas indefinidamente.
Ahora, para ir terminando, imagínate que tuvieras la posibilidad de rescatar, resucitar o por lo menos de conceder un final digno en forma de película (el otro pan de cada día en torno a cualquier serie incompleta o que esté considerada como de culto) para una de tus series favoritas. De entre todas las que en su momento fueron dadas por la guadaña de la cancelación, ¿a cual elegirías?. Esta vez voy a ser el primero en cumplir con el ejemplo, pues tengo más que claro que a la que salvaría sería Carnivale. Cada vez que pienso en que su historia no llegó ni a la mitad de lo previsto inicialmente, ya que según los planes del creador Daniel Knauf esta iba a abarcar seis temporadas (de las que sólo se pudieron llegar a ver dos), me entran ganas de hacer retumbar tanto el cielo como el infierno. Ya como conclusión, quiero aclarar que si es verdad que tarde o temprano casi todas las series terminan siendo canceladas, no creo que sea correcto agrupar en el mismo grupo, ni a las que cuentan con un final abierto, ni a las que lo tuvieron cerrado (haciendo casi siempre malarabarismos para conseguirlo) pero sin la fortuna de llegar más allá de un par de temporadas como mucho. La temida guadaña de la cancelación por no perdonar, no lo hace ni con las mejores...
