Si hace unas semanas estaba predispuesto a escribir sobre cómo en líneas generales la séptima temporada de 'Supernatural' me había disgustado menos que la sexta (lo que tampoco tenía que venir a significar que me estaba gustando), al menos en concepto de entretenimiento sin pretensión alguna, los tres últimos capítulos han dilapidado mi idea de un plumazo. Un desastre argumental acompañado de una alarmante desidia en materia de producción que pone punto y final a otra temporada que vuelve a poner mucho de su parte para que los seguidores de los Winchester recordemos con añoranza los tiempos en que esta serie era una de las propuestas más disfrutables de la parrilla televisiva americana. Y eso que sólo han pasado dos años desde que la verdadera ‘Supernatural’ acabara tras el final de la quinta temporada, pero el drama se acrecienta cuando uno se pone a pensar que The CW está dispuesta a repetir el estiramiento al que sometió a su otra gallina de los huevos de oro, ‘Smallville’. La serie ha sido renovada para una octava temporada, pero algo me dice (cambiar de nuevo el día de emisión, esta vez pasando de la noche de los viernes a la de los miércoles) que tampoco será la última. Todavía es pronto para ponerme a pensar si el año que viene seguiré viendo ‘Supernatural’ aunque sea por pura inercia, pero lo que sí puedo hacer ahora es reflexionar sobre esta séptima temporada. Un año en negro (más) para los Winchester.
A partir de aquí sólo recomiendo leer a los que hayan visto los 23 capítulos (encima van y cuelan uno más a la cifra de siempre) que han compuesto la séptima temporada. ¡Spoilers!
Mirándolo en retrospectiva, el cutre-logo de este año era una doble declaración intenciones. Por un lado venía a avisar que los Leviatán iban a ser el centro narrativo de la trama transversal de la temporada, pero por el otro también dejaba entre ver que todo iba a ser muy cutre y poco trabajado, como finalmente así ha sido. En el párrafo de introducción he querido recalcar que esta temporada no me estaba disgustando tanto como la sexta, que me pareció una auténtica infamia pese a tener dos chorrisodios para enmarcar y salvar un poco los muebles sobre la bocina, y la razón por la que pienso así es bastante simple: los capítulos autoconclusivos han sido bastante entretenidos por lo general, consiguiendo recordar en ciertos momentos a los del primer año, aquella etapa donde la serie sólo pretendía hacer pasar un buen rato. Curiosamente con este objetivo fue con el que llegó Sarah Gamble a la silla de showrunner el año pasado. Capítulos con Dean y Sam, siempre acompañados de Bobby, tirando del repertorio de gracietas y referencias varias que tan bien les funciona, incluyendo de vez en cuando a algún que otro viejo enemigo (más de 150 capítulos dan para éso y mucho más), y por supuesto, colocar a bellas damiselas en apuros frente a monstruos, demonios, fantasmas y otros seres sobrenaturales del montón.
La condición de simple pasatiempo de la temporada ha sido estropeada con lo que antes más disfrutaba en esta serie: la historia principal. Una mancha negra que emergía de los Leviatanes cada vez que cobraban protagonismo. Si la sexta temporada acabó prometiendo a un Castiel reconvertido en un ser “endiosado” con aspiraciones a poder ser el villano principal por antonomasia, la primera piedra sobre el tejado de Sarah Gamble se la tiró a sí misma dando marcha atrás… en la misma season premiere. Adiós, Castiel. Hola, Leviatanes. Y la jugada no le podía haber salido peor a la jefa de todo, que por cierto no repetirá cargo el próximo año. No creo que haya mucha gente que vaya a echar de menos su labor en la serie, todo sea dicho. Después de haber tenido a los Winchester paseándose por el infierno, el cielo y enfrentarse al mismo Lucifer, lo de elegir a Dick como "gran" villano a batir no he sabido si tomármelo a broma o si es que directamente ya aquí nadie se toma nada en serio. El trabajo de casting para cada uno de los Leviatanes tampoco ha ayudado, he decir, como tampoco lo han hecho los efectos especiales. Si algo siempre alabé de 'Supernatural' es que sabía ingeniárselas para introducir conceptos de superproducciones en presupuestos limitados. Este año cada vez que un Leviatán abría la boca mi plácido recuerdo de las cinco primeras temporadas se iba desvaneciendo poco a poco. Unos enemigos que no han protagonizado ni un solo momento para el recuerdo… en el buen sentido, claro. El desenlace de esta historia, directamente no merece ningún esfuerzo por mi parte, algo que también debieron pensar los guionistas.
Desde luego que la bochornosa trama principal ha sido el mayor borrón de la temporada. Un borrón que me hace tener pocas esperanzas de cara al interminable futuro de la serie. ¿Qué más les queda por sacarse de la manga? El cliffhanger con Dean (y Castiel) en el Purgatorio no es un mal reclamo, pero visto lo visto, no me extrañaría que durara el primer capítulo de la próxima temporada y ale. Por eso mismo, tampoco voy a darle muchas más vueltas. Lo que sí quiero es acabar mencionando unos cuantos hechos que no sé si podré perdonarle a ‘Supernatural’ porque me han escocido mucho, muchísimo, y en cierto modo, han avocado al desastre a todo el tramo final de la campaña. Está relacionado con lo que han hecho a Bobby y Castiel, y hasta me atrevería a agregar a Meg, aunque sobre esta última hace mucho que acepté que era un personaje comodín, al igual que el cansino de Crowley. El doble capítulo sobre la muerte de Bobby me pareció un buen homenaje, la despedida perfecta para el secundario perfecto. ¿Por qué hacerle regresar como fantasma? ¿Por qué humillarle introduciéndole en el cuerpo de una limpiadora de motel… y encima para no aportar absolutamente nada? Una fallida “repesca” similar a la de Castiel. El humor en torno a su figura siempre me pareció un acierto, aprovechando las bases cómicas del personaje basándose en su inocencia angelical, pero lo de convertirlo en un mono de feria no tiene perdón. ¿Dónde está Dios cuando se le necesita?
Una verdadera lástima que por no saber qué más inventarse, encima se aproveche para ensombrecer cosas y aciertos del pasado. Para más inri, este año no hemos tenido ni siquiera un chorrisodio memorable. Lo del homenaje a Eliot Ness no cuenta. Será mejor que pare ya que al final voy a acabar pensando que hasta la sexta fue mejor que esta séptima temporada condenada al olvido.
Fuera de Series: Semana del 20 al 26 de Mayo de 2024
Hace 8 minutos